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Mónica Ovalle León
30/09/2023 14:47Categoría:Mujeres que conviven con una enfermedad o diversidad funcionalMe llamo Mónica y nací en Colombia con una condición llamada Artrogriposis Múltiple Congénita. Desde que tengo memoria, la vida me presentó retos que la mayoría de las personas no podrían entender. Mi cuerpo no funcionaba como el de los demás, y aunque mi mente estaba llena de sueños y ambiciones, mi discapacidad siempre parecía ser un obstáculo, no sólo por la limitación física, sino por las absurdas creencias acerca de las personas con discapacidad, las barreras arquitectónicas entre muchos otros obstáculos que he tenido que superar.
Durante muchos años, me sentí profundamente sola con mi condición. Aunque mi familia siempre estuvo a mi lado y me brindó todo su amor y apoyo, no podían comprender completamente lo que era vivir con Artrogriposis. Mi mundo parecía estar encerrado en una burbuja en la cual nadie me entendía del todo.
A medida que crecía, me di cuenta de que mi verdadera pasión era ayudar a otros que enfrentaban desafíos similares. Decidí estudiar Fisioterapia, no solo como una forma de entender mejor mi propia condición, sino también para ayudar a aquellos que, como yo, se sentían solos en su lucha diaria.
Un día, mientras navegaba por internet en busca de información sobre mi enfermedad, encontré un grupo en redes sociales de personas que también tenían Artrogriposis Múltiple Congénita. Este descubrimiento fue un rayo de esperanza en mi vida. Me uní al grupo y, de repente, me di cuenta de que no estaba sola. Había otras personas que comprendían mis desafíos, mis alegrías y mis luchas, además hice muchos amigos alrededor del mundo que se han convertido en mi familia AMC (Artrogriposis Múltiple Congénita)
Poco a poco, comencé a compartir mi historia en el grupo y a ofrecer apoyo a las mamás de recién nacidos que estaban preocupadas por el futuro de sus hijos con la misma condición. Les contaba sobre mis experiencias, mis logros y cómo había aprendido a adaptarme a este mundo que, en ocasiones, parecía no estar hecho para nosotros. Me convertí en una referencia para muchas familias, y eso me llenó de gratificación y un sentido de propósito que nunca antes había experimentado.
Fue en ese momento cuando conocí a Miguel Ángel, un chico que vivía en España y también tenía Artrogriposis Múltiple Congénita. A través de las redes sociales, comenzamos a compartir nuestras historias y nuestras esperanzas para el futuro. A pesar de la distancia que nos separaba, sentimos una conexión profunda y decidimos darle una oportunidad al amor.
Con el tiempo, nuestra relación se fortaleció, y ambos llegamos a la conclusión de que queríamos estar juntos, físicamente. Decidí dar un paso audaz y mudarme a España para iniciar una nueva vida a su lado. Estaba emocionada por la posibilidad de estar con el amor de mi vida y explorar nuevas oportunidades de vida en un lugar donde la accesibilidad y la inclusión eran una prioridad.
El día en que llegué a España, Miguel Ángel estaba esperándome en el aeropuerto con una sonrisa en el rostro. Nos abrazamos con fuerza, sabiendo que habíamos superado obstáculos y desafíos para estar juntos. En ese momento, supe que había tomado la decisión correcta.
Hoy, Miguel Ángel y yo compartimos nuestras vidas en España. Continuamos inspirando a otros con nuestras historias y demostrando que el amor y la determinación pueden superar cualquier barrera. Juntos, enfrentamos la vida con valentía, sabiendo que, aunque nuestras piernas puedan ser débiles, nuestros corazones son lo suficientemente fuertes como para superar cualquier obstáculo.
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